MEDIANOCHE EN PARÍS


Midnight in Paris (2007),  es una comedia romántica escrita y dirigida por Woody Allen. La película se trata en sí de una excusa, y digo esto porque quizás el maestro neoyorkino tenía una historia, pero lo que él quería realmente era filmar la ciudad, pintar su propio París. Esta intención se muestra nada más comenzar la cinta, donde se suceden decenas de imágenes, postales, cuadros en definitiva, de los rincones más bellos de "la ciudad de la luz", mientras suena esta deliciosa melodía de jazz al más puro estilo francés http://www.youtube.com/watch?v=XEIkL4uHmHI.


La historia comienza con la llegada a París de Gil (Owen Wilson) y su prometida Inez (Rachel McAdams) acompañados por los padres de ésta. Gil, un guionista de Hollywood, es especialista en películas comerciales que rápidamente llegan al olvido, pero con su llegada a la capital francesa, rememora aquellos tiempos en los que vivió allí, y comienza la escritura de una novela. Prontamente se verá envuelto por la magia y el arte de París y vivirá unas paranormales experiencias que cambiarán el rumbo de su novela y de su propio devenir.

La película trata sobre el amor. El amor hacia el arte. El amor hacia una ciudad y una forma de vida. El amor que Gil le profesa a París. La ciudad es la verdadera protagonista y la que guía a Gil a través de sus calles hasta llegar a un punto de encuentro con el pasado que él tanto ama. Es en ese momento cuando Gil se deja llevar y se queda prendado, a la par que el espectador, de aquellos tiempos en los que los Hemingway, Picasso, Dalí y muchos más creaban sus obras, y se convertirá ese en su presente, la época en la que siempre quiso vivir.

La película está impregnada de pinceladas de color. Allen utiliza unos tonos cálidos que resaltan mucho más el sol y el día de la ciudad parisina, así como también la noche a través de las velas y las luces que inundan la ciudad. En cuanto a las actuaciones, Owen Wilson, que no es santo de mi devoción por aparecer en tantísimas comedias románticas que aborrezco, cumple a las mil maravillas con el papel de escritor bohemio y enamorado del arte. Cabe destacar a Marion Cotillard, una de las actrices más bellas del momento, que, por culpa de su inevitable acento francés, siempre se queda relegada al papel de mujer francesa, pero que no por ello dejará de ser una gran actriz.

Dicho esto, Midnight in Paris es una gran película. Es un soplo de aire fresco, un soplo de aire parisino que nos hace olvidar en apenas hora y media de duración las horas bajas que sufre la industria americana hoy en día. Supongo que siempre nos quedarás tu, Woody, supongo que siempre nos quedará París. 

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