SPIDER-MAN

Spider-Man

Spider-Man (ídem, 2001), el inicio de la ola moderna de películas de superhéroes, es una película irregular sustentada por el carisma de sus personajes

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Vista Spider-Man: Homecoming, quise revisitar el inicio de todo. En el siglo pasado ya vimos películas de superhéroes más o menos exitosas, como la saga de Batman de finales de los '80 y años '90, pero la trilogía de Sam Raimi se atrevió a retomar este género, después de que cayera en el desprestigio, con una buena película que bebe mucho precisamente del Batman de Tim Burton.

Esta referencia no se encuentra solo en la banda sonora compuesta por Danny Elfman, el mismo que compondría la mítica melodía para Batman y Batman vuelve, sino en elementos fácilmente identificables, como esa cabalgata que malogra el Joker de Jack Nicholson y que aquí se vuelve a ver en el Día de la Unidad que el Duende Verde aprovecha para llevar a cabo sus tropelías; o un estilo noventero que acaba resultando perjudicial para su vigencia temporal, y es que a pesar de ser una película del 2001, parece mucho anterior precisamente por su fotografía.

Desgraciadamente en algunos fragmentos se percibe cierta falta de seriedad, y no me refiero a que la película pueda tirar más o menos a la comedia o al drama, sino al hecho de no tomarse el género como algo de valor. Aun así, eso le aporta ligereza y se compensan bien los momentos dramáticos con los de pura evasión.

La historia nos cuenta el comienzo de todo: la picadura de la araña, (¡SPOILER!) la muerte del tío Ben, y cómo Peter Parker construye su Spider-Man a raíz de unos ideales bien marcados. Precisamente lo mejor de la película y lo que más se echa en falta al nuevo trepamuros de Tom Holland.

Por lo demás, la película es irregular y su interés va y viene. El plan del villano es tan simple como querer matar a Spider-Man, y este se limita a salvar viejecitas, niños y a su amada Mary Jane, enclaustrada en su papel de mujer objeto y de princesa en apuros. Aun así el elenco actoral es de lo más destacable. Tobey Maguire hace de perfecto empollón, y carece de ese aura de genialidad que tienen tanto el personaje de Andrew Garfield y Tom Holland. Este Spider-Man es un verdadero pringado, y no hay nada de malo en ello. Kirsten Dunst brilla y nos deja para el recuerdo la secuencia del beso bajo la lluvia, que será lo más recordado de esta película con el paso de los años.

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